Ser anfitrión en Austria

Sin duda la mejor de las cuatro visitas que recibí en Austria fue la que me hizo mi familia.
Aprovecharon las fiestas de Semana Santa para visitarme y hacer conmigo un recorrido por las tres capitales del antiguo Imperio Austro-húngaro: Viena, Budapest y Bratislava.
Primero pasamos tres días en Krems, donde les enseñé mi nueva universidad, mi residencia, paseamos por la ciudad, conocieron a alguno de mis amigos y vieron cómo era mi vida allí.
Lo que más le gustó a mi padre fue la universidad, la residencia y la tranquilidad de Krems. A mi madre lo que más le gustó fue lo verde que estaba todo en Abril, el Danubio a su paso por la ciudad y las vistas que tenía.
Mi hermana, sin embargo, disfrutó más de las fiestas a la que la llevé. Lo pasó en grande con mis amigos que le pusieron en algún que otro apuro al intentar hablar con ella en inglés o en francés.
La llegada de la familia a Austria supuso un paréntesis en el año erasmus, al igual que sucedió en navidades cuando viajé a Madrid a pasar esos días con la familia.
Siempre es agradable que vengan a visitarte familiares y amigos cuando vives en otro país. Gracias a su visita pudieron entender mejor cuando les hablaba de mi vida en Krems y les contaba las experiencias vividas.
Normalmente hablaba con la familia una o dos veces a la semana por Internet y fue muy curioso el cambio en las conversaciones antes y después de su visita.
Durante esos días pude llevarles a mis restaurantes favoritos, enseñarles los rincones de Krems que más me gustaban e ir a pasear con ellos.
Aquellos tres días en Krems fueron tranquilos, los pasamos charlando, paseando, tomando algo, viendo fotos e incluso tuve tiempo para jugar con mi padre al billar en la cafetería Ulrich.


Wellcome Susana !!!

Otra de las visitas que más ilusión me hizo fue la de mi prima Susana y la de su novio Paul. Vinieron a verme a finales de Junio, un par de semanas antes de acabar mi estancia en Austria.
Como ya habían terminado las clases en la universidad pude pasar varios días con ellos visitando Krems y alrededores.
No nos vemos mucho porque viven en Londres, así que la oportunidad de tener tiempo para charlar con mi prima y pasar mucho tiempo juntos quizás convierte esta visita en la más especial de las que tuve durante el año erasmus.
No estamos acostumbrados a hablar en inglés, pero como estaba Paul era obligado y la situación fue muy divertida, pues se nos hacía muy raro no hablar en español.
Lo pasamos muy bien aquellos días, los tres juntos o con mis amigos, con los que fuimos un par de veces a cenar a una típica taberna austriaca.
Los cinco días que vinieron estuvieron muy bien aprovechados, visitando Viena, Krems, el paseo en barco hasta la abadía de Melk y una visita rápida a la ciudad de Linz donde nos acompañó mi amiga Pili para despedirles, ya que desde